¿ESTAS CONTRUYENDO UN BECERRO DE ORO?

 

¿ESTAS CONTRUYENDO UN BECERRO DE ORO?
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Desde el anochecer del miércoles 5 de julio hasta el anochecer del 6 corresponde en el calendario hebreo el 17 de Tamuz. Este es el día de la construcción del Becerro de Oro.

Resumidamente, ya que hay mucho material al respecto, ante la duda respecto a cuándo debía regresar Moshé del Monte Sinai con las Tablas, una parte del pueblo termina construyendo un ídolo para adorar y luego realizan una orgía.

Como siempre tratamos de llevar los temas a una práctica aplicable a nuestra vida cotidiana, que es la única manera de transformar el conocimiento en sabiduría, aquí planteamos algunas reflexiones y posibles ejercicios.

Seguramente hay algo en mi vida que vengo esperando desde hace un tiempo y el resultado aún no llega. Una pregunta podría ser si sólo insisto en trabajar por eso a cambio de una recompensa o realmente creo que es lo mejor y lo haría de todas maneras.

El ego siempre estará esperando para convencerme de ir por el camino más fácil o cómodo, por la satisfacción inmediata, aunque, como en el episodio en cuestión, la recompensa por la espera sea la Tierra Prometida y la propuesta del ego sea cambiarla por un rato de placer.

Según leemos en la historia, no es que porque no llegaba Moshé decidieron discutir por su cuenta cuáles serían las leyes para vivir de manera elevada sino que hicieron todo lo contrario.

Otro aspecto interesante es que si bien no todos participaron, sí recibieron las consecuencias. Y aquí podemos pensar tanto a nivel individual, en cómo cada cosa que hacemos afecta a todo nuestro ser, o a nivel colectivo, viendo qué genera cada uno en su núcleo más cercano, en los ámbitos donde desarrolla su trabajo y en la sociedad en general.

Tiempo después del Becerro vino una segunda oportunidad y la construcción del Tabernáculo, para la que también se requirió el aporte de la comunidad. Entonces, de alguna manera, podemos ver si en cada cosa que hacemos estamos aportando (dinero, tiempo, energía, atención, emociones, etc.) a construir un Becerro o un Tabernáculo. Es decir, si estamos alimentando a nuestro ego, a nuestra parte animal, reactiva, o estamos construyendo nuestro templo interior.

Y ya hemos aclarado muchas veces que no se trata de que lo físico sea "malo", sino de la conciencia con lo que se lo hace. Si al comer conecto con la esencia divina que hay en los alimentos, con la Luz aportada por cada uno que hizo llegar eso hasta mí, con lo milagroso de que existan esos sabores, puedo convertirlo en una experiencia espiritual.

Hablando de la relación entre el Becerro y el Templo, muchos años después, en las dos veces en que sucedió, fue un 17 de Tamuz que los enemigos penetraron las murallas y el 9 de Av cayeron ambos Templos. Con respecto a esto, no siempre las consecuencias de lo que nos pasa son inmediatas pero hay muchas ocasiones en que somos conscientes del momento en que dimos lugar a esa acción que terminó generando un gran caos en nuestras vidas.

La discusión respecto a si Moshé ya debía haber llegado o no dependía, para unos y otros, de una diferencia de seis horas (al igual que en la caída de Adán y Javá, u otras veces que aparece en la Torah, el seis se relaciona con las emociones y su madurez). Siendo que ya habían esperado cuarenta días, bien podrían haber esperado unas horas, incluso un día entero más.

Entonces, respecto a esto, podemos meditar en cuántas veces no poder esperar un tiempo, aunque más no sea unos segundos para no decir algo hiriente, nos lleva a destruir lo que nos llevó mucho tiempo construir o que nos podría haber traído felicidad a futuro.

El ego siempre estará al acecho para darnos justificativos: es culpa del otro, tengo razón, ya hice demasiado, no vale la pena, etc.

Para finalizar, así como nos gusta plantear tareas, también alentamos que cada uno encuentre su manera, aplicada a algún tema personal que esté trabajando, o al que le inspire leer nuestras palabras. Y confiar en esa inspiración más que depender de que otro le diga qué hacer.

Que durante este día puedas escuchar el deseo de tu Alma y acortes así el camino hacia tu Tierra Prometida.